MIEDOS OCULTOS: LIMITACIONES DIFÍCILES DE IDENTIFICAR.

Hace unos días me propusieron que hiciera un vídeo hablando sobre aquellos miedos más difíciles de identificar. Esos a los que les ponemos otro nombre para no asumir lo que son en realidad. Este tipo de miedos acaban suponiendo una limitacion inconsciente que tiene una gran influencia en nuestras vidas, precisamente porque no somos conscientes de ellos. Así que me he parado a reflexionar y he seleccionado los siguientes, por ser los más frecuentes que me he encontrado, tanto en mí misma, como en aquellas personas a las que acompaño.

 

1.- Miedo al dinero.

Quizás te sorprenda, pero detrás de un gran número de los problemas financieros con los que nos enfrentamos se esconde el miedo al dinero. Surge de la creencia de que el dinero puede corrompernos, volvernos egoístas y/o malas personas. También puede venir de historias familiares del pasado, en las que haya habido discusiones por herencias o por cualquier otro motivo relacionado con él.

Con frecuencia, no somos conscientes de esta programación mental y eso hace que siga influyendo en nuestra vida, en nuestro trabajo o en nuestras ganancias. Para poder sanarlo es importante tomar conciencia de que esta serie de creencias existe, es en ese momento cuando se hace posible su transformación.

 

2.- Procrastinación.

Yo la traduciría como falta de disciplina y de compromiso. Tal y como yo lo siento, esto surge de un miedo inconsciente al fracaso, o incluso a conseguir lo que quiero. Puedo preguntarme, ¿qué pasaría si de verdad me comprometiera con aquello que deseo, dejara de procrastinar, y fracasara? Sería ideal preguntarme lo mismo pero imaginando que lo consigo.

Tenemos tanto miedo al dolor, a la frustración, a este tipo de emociones llamadas «negativas», que muchas veces nos rendimos antes de empezar. Cuando, a través de la práctica de la PRESENCIA, descubres que puedes sostener, SIEMPRE, todo lo que sientes: este miedo desaparece. Cuando quieres lanzarte a la piscina, te lanzas. Quizás no haya agua, pero sabes que serás capaz de soportar la caída, de volver a ponerte en pie y caminar de nuevo en la dirección que indique tu corazón. Y sobre todo, no te quedará el: «¿y si lo hubiera intentado?».

En otros casos, o incluso en los mismos, lo que nos da miedo es conseguirlo. ¿Cómo puede ser que me dé miedo conseguir lo que deseo? Quizás seguir mi camino me lleva a un lugar de éxito, quizás me dé miedo que otras personas me juzguen o me rechacen, que me envidien o me critiquen.

O quizás seguir mi camino, comprometerme y establecer una disciplina que me ayude a MANIFESTAR LO QUE SOY, suponga un cambio y una transformación que me da miedo llevar a cabo. En ambos casos falta la plena aceptación de la persona que soy. Entonces, es esencial que tomemos la decisión de amarnos tal y cómo somos si queremos ser verdaderamente felices.

La procrastinación también puede estar relacionada con otros factores, pero en este caso hago referencia solamente al tema sobre el que estamos tratando: el miedo.

 

3.-Exceso de precaución.

No está mal ser precavidos. Yo, personalmente, tiendo a ser muy impulsiva, y un poco de precaución de vez en cuando, en las dosis adecuadas, no viene mal.

Pero, con frecuencia, lo que se esconde detrás de un exceso de precaución es miedo. Otra vez miedo al fracaso y al sufrimiento, a que salga mal, o a que salga bien. Aquí habría que ver en qué ámbito nos estamos moviendo. Un exceso de precaución nos puede llevar a la carencia de espontaneidad, a la necesidad de control. Nos podemos volver personas rígidas que necesitan tener todo calculado antes de mover ficha, y esto, simplemente, es imposible. También nos puede estar señalando el miedo a salir de nuestra zona de confort.

Con esto, la propuesta no es que dejes de ser una persona precavida y te conviertas en una temeraria; sino una invitación a que revises, a que prestes atención, desde la honestidad, a cuándo detrás de la precaución hay miedo, y cuándo ese miedo está suponiendo para ti una limitación y de qué forma puede estar influyendo en tu vida.

La verdadera propuesta, una vez más, es que aprendas a identificar la voz verdadera de tu corazón, pues ella está siempre libre de todo miedo. Con frecuencia, el exceso de precaución para evitar el fracaso o los errores, pueden llevarnos a la inmovilidad. Pueden ralentizar procesos que realmente deseamos llevar a cabo, y que nos serán beneficiosos, pero a los que tememos. Cada día veo un incontable número de casos en los que, por precaución, las personas se mantienen inamovibles en una incómoda «zona de confort», manteniendo hábitos, relaciones de pareja, trabajos, etc., que en realidad no desean.

 

4.- Perfeccionismo.

Es genial querer hacer las cosas bien. Pero muchas veces es necesario lanzarse a la piscina, comenzar a hacer y después, sobre la marcha, ir perfeccionando. No hay nada mejor que la propia experiencia para saber qué necesitamos en realidad para mejorar lo que estamos haciendo. La perfección no existe, y al mismo tiempo, ES de forma natural constantemente.

Es genial que quieras hacer las cosas bien, pero tampoco tengas miedo de aquello que pueda salir mal. No podemos controlarlo todo (recuerda: detrás de la necesidad de control siempre hay miedo), y aprender de los errores que puedan acontecer sobre la marcha nos ayuda muchísimo a crecer. Nada es tan grave como nos pueda parecer en un principio, no tengas miedo a equivocarte. No permitas que tu necesidad de perfección te impida avanzar, te impida hacer, te impida SER lo que eres y CRECER en la dirección que marca tu corazón.

Si surge del corazón: ES PERFECTO.

 

 

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